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El Interim Management en el ámbito jurídico y tributario (Tax&Legal)

En España nos cuesta introducir culturas de otros países y, aunque todavía no está muy extendida la figura del Interim Manager, empieza a ser habitual ver estos perfiles de dirección temporal cualificada asumiendo la Dirección General, la Dirección Financiera o la Dirección de RRHH de las empresas. ¿Por qué no contar con estos profesionales para dirigir las cuestiones del ámbito Jurídico y Tributario? La incorporación de un Interim Manager en el ámbito Tax&Legal ya es muy común en países como Holanda o Reino Unido. 

El sector legal está cambiando desde hace algunos años y los nuevos modelos de consultoría autodenominados como “alternativos” están reabriendo el debate sobre las oportunidades de mejora de los servicios de consultoría tradicional. Se trata de consultoras que prometen rebajar sus facturas eliminando los costes fijos que no le aportan valor añadido al cliente. Hablan abiertamente de eliminar tanto los incentivos a la ineficiencia como la opacidad que todavía existe en el mercado en relación con la dedicación efectiva de sus profesionales de mayor experiencia en cada servicio. Sin profundizar en el cambio que se está produciendo en el negocio de consultoría legal y tributaria en medio de tanta transformación digital, resulta evidente que en este cambio hay un importante ejercicio de autocrítica y reflexión. 

En las últimas semanas estamos recibiendo una avalancha de información legal, financiera y tributaria que para muchos empresarios es tan amplia como difícil de digerir. Las gestorías y consultoras de servicios se esfuerzan y se apresuran en resumir en redes sociales las nuevas medidas adoptadas por el ejecutivo. Nadie quiere quedarse atrás y no resulta sencillo aportar valor en una comunicación cuando se dirigen a todos sus clientes, precisamente porque no todas las empresas son iguales ni a todas les sirve la misma recomendación. Y es que no todas las necesidades de la empresa se deben satisfacer siempre con soluciones del mismo tipo. 

En mi opinión, los modelos de gestión tradicional con el consultor legal externo son modelos cuyo encaje tiene más sentido en la gran empresa, que tiene un departamento legal y tributario sofisticado que lo que necesita es externalizar horas de trabajo o consultar determinados aspectos legales de su operativa cuyo conocimiento no está a su alcance. Y, aunque no todas las empresas tienen especialistas funcionales en estos ámbitos, todas necesitan profesionales de primer nivel que además de tener el conocimiento sepan dirigir y ejecutar los proyectos corporativos. En situaciones como la que estamos viviendo, uno quiere tener de su lado no solo al que más sabe, sino también al que mejor conoce la empresa y más rápido se adapta al negocio. 

Quizá sea el momento adecuado para que las empresas reflexionen también sobre su modelo de gestión y sobre la manera en que atienden sus necesidades. Serán muchos los directivos que se replantearán el modelo de organización que tenían antes del estado de alarma y el ámbito legal y tributario de las empresas también se verá afectado. No todas las empresas están igual dimensionadas ni todas necesitan el mismo tipo de solución jurídica o tributaria, pero todas necesitan tomar decisiones de negocio que tienen que estar apoyadas en el conocimiento de la normativa actual y en la experiencia de haber adoptado antes medidas similares para garantizar su correcta ejecución. Y si uno echa la vista atrás, quizá se acuerde de lo que ocurrió en 2008, cuando la anterior recesión económica nos amenazó a todos, y reflexione sobre qué podría mejorar con respecto a la gestión realizada desde entonces. 

La ejecución de un plan de acción sin duda requerirá un análisis previo y un diagnóstico detallado sobre las acciones y medidas a adoptar, pero no tiene ningún sentido hacerlo sin una interlocución válida entre la necesidad y la solución. La figura de un Interim Manager siempre puede aportar valor a las empresas y encajar a la perfección en muchas estructuras tanto para realizar el diagnóstico objetivo como para ejecutar el plan de acción que resulte del análisis. Y en momentos críticos como este, donde la necesidad de acertar con el talento es mayor y las empresas quieren pagar “menos por más”, puede resultar todavía más atractiva su contratación. 


Personalmente creo que la contratación de un Interim Manager tiene muchas ventajas:
 

  1. Es compatible con el empleado interno y con la figura del consultor externo. Es una opción o alternativa más que puede reunir o complementar lo mejor de las otras dos figuras. Es un profesional independiente y su objetividad está fuera de duda porque no tiene responsabilidad sobre la gestión pasada de la actividad de la empresa ni está emocionalmente vinculado como un trabajador dependiente.
  2. Su especialización funcional es elevada, y su trayectoria profesional y experiencia está contrastada y certificada. Siempre presta el servicio el profesional cualificado, sin opacidades.
  3. Sus señas de identidad son su disponibilidad para trabajar en equipos, la vocación de aportación de valor con compromiso e implicación y la integración rápida en la estructura de la empresa. Su modelo de negocio y éxito se basan en la obtención de resultados inmediatos y en las referencias que las empresas dan de su servicio como alternativa existente en el mercado.
  4. Su contratación es a la carta, sin seguridad social, sin permisos retribuidos y sin vacaciones pagadas. El coste fijo que tendría para una empresa la contratación de un empleado de estas características exige valorar si puede compensar acudir a este modelo más flexible en donde el coste esté más controlado y sea más variable. 

Creo que a muchas empresas les aportaría valor disponer de un directivo cualificado técnicamente que, además de conocer la normativa, sepa cómo actuar dirigiendo equipos de trabajo. Alguien que haya liderado antes situaciones similares dentro de una empresa. Por tanto, cambiar del modelo de gestión tradicional y optar por un modelo de dirección temporal puede ser una solución interesante para muchas organizaciones, sobre todo pequeñas y medianas empresas. 

Pero la figura del Interim Manager no es una simple alternativa de contratación, también es una alternativa al modelo de gestión empresarial. Tal vez no siempre sea adecuado tener un departamento de Tax&Legal dentro de la empresa, pero siempre es preciso organizar lo necesario para que el equipo de gestión de la compañía pueda afrontar los nuevos proyectos con garantías. Y a un Interim Manager, además de la experiencia, el conocimiento y la flexibilidad, lo que le distingue sin duda de otras figuras es que no tiene inconveniente en impartir formación a los equipos de sus clientes ya que su modelo de negocio no se basa en incurrir en horas donde cuanto mayor sea la necesidad de la empresa mayor será la factura de su servicio. Su misión es la dirección temporal de proyectos y su objetivo es obtener resultados inmediatos garantizando el plan de salida. 

Estoy convencido de que son muchas las situaciones en las que un Interim Manager puede aportar valor a las empresas, pero ninguna que requiera soluciones tan inmediatas y diferentes como la actual. En los próximos meses tendremos que evaluar el impacto que va a tener esta crisis en la cuenta de resultados de nuestros clientes y ponernos manos a la obra para ejecutar las medidas que sean necesarias. ¿Qué mejor misión para nosotros que un proyecto global para salir de esta situación y ejecutar un plan de acción anticrisis? Sin duda debemos seguir dejando la corbata en el armario y seguir “bajando al barro” con nuestros clientes.

 

Firma: Gonzalo Cuervo Díaz del Río (Interim Manager Servitalent)